El domingo, una médica rosarina sufrió el ataque de una palometa mientras disfrutaba del río Paraná en Paso Destilería, detrás de la Isla de los Mástiles, frente a Granadero Baigorria. La mujer, identificada como María del Rosario, relató que estaba en una embarcación junto a un amigo, con los pies en el agua, cuando sintió una mordida en el dedo gordo del pie derecho. “Cuando lo saqué, noté que me faltaba un pedazo”, expresó. A pesar del susto, aplicó los primeros auxilios de manera eficiente, utilizando un botiquín que llevaba a bordo.

María explicó que la curación inicial requiere agua limpia, jabón, agua oxigenada y antiséptico para evitar infecciones, además de gasas para detener el sangrado. Aunque el ataque le sorprendió, afirmó que no sintió dolor, pero sí notó un sangrado abundante. Tras el incidente, la médica recomendó llevar siempre un botiquín al río y alertó a otros veraneantes en la zona. No se reportaron más casos en Granadero Baigorria ese día, aunque sus colegas le mencionaron situaciones similares en otras áreas cercanas.

Mientras tanto, en la ciudad de Santa Fe, se registraron 33 heridos por mordeduras de palometas en la laguna Setúbal. Los ataques, ocurridos entre las 16 y las 20 horas, afectaron principalmente a los pies de los bañistas. David Ríspero, delegado municipal, señaló que muchos no respetaron las advertencias de los guardavidas de evitar el agua debido al riesgo.

Las altas temperaturas y el bajo caudal del río incrementan la actividad de las palometas, peces que suelen confundir el movimiento humano con el de sus presas. Estos factores las vuelven más agresivas en busca de alimento. Autoridades locales recomiendan bañarse en lugares autorizados y buscar atención inmediata en caso de mordeduras para evitar complicaciones.

Gentileza Rosario La Ciudad

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