Un par de gotas y algo de granizo, solo lo necesario para asustar a muchos rosarinos que, según informa el sitio Rosario3.com, salieron despavoridos a guardar los autos, el gusto amargo del 2006 todavía se siente en la cuna de la bandera.
Pero en las zonas productivas, realmente la cosa se complica, realmente hace falta agua. En un año complicado política y económicamente si hay algo que no debería fallar es la cosecha de trigo, o de lo que sea.
A un negocio que se achica, entre regulaciones e impuestos, como el del trigo, sumamos ahora que apenas le cayeron unos 10 milímetros escasos de agua, y que para septiembre no se espera nada, los pronósticos hablan de un mes seco, aunque los entendidos dicen que para la primera quincena alguna gota perdida podría llegar a precipitar.
Por ahora lo único certero es que otra luz amarilla se enciende en el tablero del gobierno argentino, la de una eventual mala cosecha, ¿será que el granero del mundo volverá a importar trigo?