El inicio de una nueva arista del medio amerita una breve Introducción.
A demás de las noticias, nos gustaba la idea de una apertura hacia otro horizonte de nuestro medio, sin dejar de informar. Para que esto sea posible y comenzar agradecemos a Silvio que gentilmente nos facilitó muchos de sus escritos, que recuerdan personajes, lugares icónicos, formas, costumbres y hasta estilos de vida, contado desde su óptica y una particular forma de narrar. Rápidamente lo dejamos con el primero que elegimos.
LO PALITO
Si hoy te invitaran a jugar un truco en lo Palito y no sabrías como llegar, seguramente subirías al coche, abrirías tu pantalla multimedia, seleccionarías en el GPS 1 de mayo 690 y tu auto te depositaría en la mismísima puerta.
En la época de esplendor del que para muchos fuera el último boliche de Carcarañá, para poder llegar solo tenías que seguir el humo de alguna costilla de falda improvisada, el ruido de la tabla de algún bochazo malogrado o bien preguntarle algún parroquiano, de esos que se sentaban en la vereda a ver el tiempo pasar y con seguridad te habría dicho.... -mirá pibe, viste atrás del colegio?, justo donde La Plata cruza 1 de Mayo, bien pero bien enfrente de la peluquería de Chingo Piazentini. Si no te das cuenta, seguro vas a encontrar al pelado Ferlatti sentado abajo del árbol tomando un vino con Alberto Tartarelli, vos gritale Peeedroooo!!, seguro se va a dar vuelta, bueno es ahí!.
Esas paredes levantadas por Chito, un empleado molinero en la década del 60 que abrió sus puertas exactamente en 1964, fueron testigo y todavía atesoran lo más puro de la bohemia de los personajes de este pago, por mas que hoy se encuentre con las persianas bajas.
Ediliciamente precario, sanitariamente discreto, su mayor capital siempre fue la fidelidad de su gente.
Con tres faunas bien diferenciadas, adelante los de los naipes, atrás los bochofilos y por último los borrachines acodados al mostrador.
Mis postales más nítidas identifican a Cachorrón como conserje y Carpinchin como mozo. A Pedro Pablo Lopez del Cerro Thomsón Maldonado Morón Alcaín, conocido en la jerga como Condorito, totalmente beodo contando alguna que otra historia con muchísima gente a su alrededor, al Fusi jugándole al truco con cuatro cartas y robándole los porotos al rengo Arbilla y a Mario Nobile a los gritos porque Grano Montaño le apagó la luz justo cuando iba a bochar.
Un razonamiento de Aristóteles dice que el hombre es un animal de costumbres, yo creo que tiene una cuota de realidad. Seguramente no era el lugar más bonito, tampoco el más confortable, pero nos sentíamos seguros, por que no dejaba de ser otra cosa que nuestro lugar.
En fin, las paredes tienen memoria y siguen ahí de pie .... Quién te dice? ...
SILVIO MAQUIRRIAIN.
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