Quienes frecuentaron a Fernando Sabag Montiel años atrás saltaron de sus sillas ayer jueves por la noche. No todos los días un viejo conocido intenta matar de un tiro en la cara a la vicepresidenta de la Nación. Lo conocían por su viejo apodo, “Tedi”, un chico de Villa del Parque que vivía con su padre, Fernando, en su casa de la calle Terrada. Y en medio del caos, rememoraron.
Años atrás, “Tedi” Sabag Montiel frecuentaba el circuito de bandas death metal, una variante extrema del heavy, más oscura, revulsiva, acelerada, con seguidores particularmente pacíficos y agradables. Seguía a ciertas bandas locales, fanático también del grupo austríaco Ektomorf. En ese circuito, también entre sus conocidos, “Tedi” se volvía una presencia incómoda, “Me daba escalofríos”, dice alguien que lo frecuentó.
Sus posteos con mensajes insensatos en redes sociales eran constantes, casi como sus cambios de imagen y estilo, entre camisas y anillos, o tatuajes con símbolos tomados de la estética del nazismo esotérico, algo que sorprendió a sus viejos conocidos, porque nadie lo tenía por nazi.
Tenía varias costumbres, dicen quienes lo conocieron. Solía proponer negocios que eran “un delirio”, o esperar a músicos famosos a la salida de hoteles. En marzo de este año, posteó un video donde intentaba una selfie con Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, una semana antes de su muerte. “Vídeo con Taylor Hawkings de Foo Fighters una semana antes de morir, me siento la parca muy fuerte conocer a alguien antes de su muerte”, posteó en Instagram.
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