La comunidad de Carcarañá se vio sacudida por un episodio de extrema crueldad que generó un fuerte repudio en la región. En la madrugada del 26 de febrero, un automóvil Fiat Palio blanco arrolló intencionalmente a dos perros en el barrio Chaumet. Uno de los animales, una perrita llamada “Negrita”, agonizó durante horas antes de fallecer, pese a los esfuerzos por salvarla.
El testimonio del dueño
Darío Fernández, quien cuidaba de Negrita desde hacía 17 años en su fábrica de la calle 25 de Mayo y Ruta 9, expresó su dolor y enojo tras ver las imágenes del ataque.
Nos ocupamos de la Negrita junto con la veterinaria que vino enseguida. La llevamos a Casilda, donde le realizaron placas y ecografía, pero el daño era irreversible. A las 13:30 del mediodía tuvimos que hacerle su tumba.
Nos ocupamos de la Negrita junto con la veterinaria que vino enseguida. La llevamos a Casilda, donde le realizaron placas y ecografía, pero el daño era irreversible. A las 13:30 del mediodía tuvimos que hacerle su tumba.
Darío, dueño de la mascota
Reacción de la comunidad y pedido de justicia
El caso tomó gran difusión en redes sociales luego de que la Sociedad Protectora de Animales de Carcarañá y el grupo Rescatados Carcarañá compartieran las imágenes del incidente, pidiendo colaboración para identificar al responsable. La denuncia ya fue presentada ante la justicia y los proteccionistas gestionan el acceso a las grabaciones del Centro de Monitoreo municipal para obtener pruebas clave.
“La condena social es importante, pero fundamentalmente queremos que haya consecuencias legales”, expresaron desde Rescatados Carcarañá
Impacto en redes
El caso trascendió Carcarañá y se viralizó en redes sociales, donde se difundieron datos personales del presunto responsable, lo que derivó en amenazas y escraches públicos. Sin embargo, especialistas advierten sobre los riesgos de exponer identidades sin pruebas firmes.
Mientras la investigación avanza y se esperan las grabaciones de seguridad, las organizaciones proteccionistas insisten en que la condena social no debe reemplazar el accionar judicial. Piden que este caso siente un precedente en la lucha contra el maltrato animal y que la justicia actúe con firmeza para evitar que hechos como este vuelvan a repetirse.
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