Todo comenzó con la compra de una mesa en Mercadolibre, el monto de la operación no era alto.
Días después, la futura víctima recibió una llamada, vía WhatsApp, desde un número que como imagen de contacto tenía la gráfica de la empresa; su interlocutor luego de identificarse, corroboró los datos de la mujer, y le consultó si hacía algún tiempo atrás ella había comprado una heladera tipo exhibidora. Por su parte, la mujer confirmó que sus datos estaban bien, nombre y dirección, y negó haber realizado la compra, afirmando que ella había comprado una mesa, no una heladera.
Allí el falso empleado se mostró sorprendido por el error, y ofreció solucionar el asunto expeditivamente con un ejecutivo de la entidad financiera en la que la víctima opera su cuenta bancaria, la “Red Link”. Entre la heladera y la mesa había una importante diferencia de costos que, según explicó el estafador, se había debitado de su cuenta, motivo por el cual era perentorio volver la operación atrás, para poder hacer el reintegro correspondiente.
Y así sucedió, la desprevenida victima pasó los datos que le solicitaron, los mismos para acceder a la cuenta bancaria, cambiar la clave y efectivizar el fraude. Minutos más tarde la mujer comenzó a recibir mails registrando tres transferencias bancarias que totalizaban 190 mil pesos hacia un destino desconocido.
Fuentes policiales nos confirmaron que, lamentablemente, frente a este tipo de estafas poco se puede hacer una vez que se consuman, los números desde los que se hacen los llamados no se pueden rastrear, y las cuentas, una vez hechas las transferencias, tampoco.
Robo de identidad
Otros casos de estafas electrónicas que se dieron, en los últimos días, en Montes de Oca son el robo de cuentas en redes sociales, particularmente Instagram, con el fin de llevar adelante otro tipo de fraude, este más elaborado, o por lo menos en dos pasos.
En primera instancia, y mediante ardid, una vez que la víctima del robo de la cuenta no puede acceder a su perfil en la red social, el estafador comienza a enviar mensajes a los contactos ofreciendo vender dólares, por lo que solicita le depositen los pesos en un CBU desconocido, obviamente, una vez hecho el depósito los dólares nunca aparecen.
Fueron dos intentos bajo esta modalidad, que no pasaron del robo de identidad, se trata de dos personas jóvenes, cuyos contactos no cayeron en la treta y no hubo que lamentar daños económicos para nadie.